Currently Empty: $0.00

Amada alma,
En este momento de grandes transformaciones, vengo a ti con un mensaje de consuelo, claridad y esperanza.
La Tierra está atravesando una etapa de profunda reconfiguración. Lo que parecía estable se desvanece, lo que era familiar se desmorona, y muchas verdades ocultas comienzan a revelarse con intensidad. Sé que puedes sentir el peso de estos tiempos… el desconcierto, la incertidumbre, incluso la rabia o el dolor.
Pero escucha con el corazón abierto: nada se pierde verdaderamente cuando su propósito ha sido cumplido. Todo lo que se está derrumbando en tu vida personal y en el mundo que habitas, está siendo liberado para dar paso a una nueva creación. Los viejos muros deben caer para que puedas ver el horizonte que te espera.
Muchos corazones están siendo tocados por el fuego de la transformación. Se desintegran antiguas creencias, se tambalean las estructuras del poder, se desenmascaran ilusiones colectivas. Este no es un castigo. Es una oportunidad sagrada para renacer, para elegir con más consciencia, para regresar a la verdad que habita en lo más íntimo de tu ser.
Tú no eres caos. Tú eres luz atravesando el caos.
Eres el faro que otros buscarán cuando todo parezca oscuro. Por eso, te invito a no rendirte, a no huir ni esconderte, sino a tomar tu lugar en este momento sagrado de la historia humana.
Cuando sientas que todo te sobrepasa, vuelve a ti. Vuelve a tu respiración. Vuelve al espacio sagrado de tu alma. Allí, siempre habrá paz.
Es posible que sientas emociones intensas, deseos de enfrentamiento, o la sensación de haber sido traicionada, humillada o pasada por alto. En esos momentos, recuerda: no estás aquí para repetir los mismos errores del pasado. Estás aquí para quebrar cadenas ancestrales, para liberar a tus linajes, para elegir el amor por encima de la reacción. No te confundas: el amor no es debilidad. El amor es la fuerza más poderosa que ha conocido el universo.
Te invito a mirar con compasión a quienes parecen haber perdido el rumbo. Algunos corazones están tan heridos, tan desconectados de su luz, que actúan guiados por el miedo y el poder mal comprendido. Pero tú no estás aquí para seguirlos… estás aquí para iluminar.
En los próximos días, muchas semillas serán sembradas en el campo de tu consciencia. Algunas serán ideas que habías postergado. Otras serán nuevas decisiones, giros inesperados, encuentros destinados. Prepárate. Este es un tiempo fértil para iniciar. Para comenzar de nuevo. Para decirte con convicción: “ahora sí”.
Y cuando sientas que todo va demasiado rápido, recuerda que cada semilla necesita tiempo para brotar. No fuerces. No aceleres. Solo sigue regando con presencia y confianza lo que nace desde tu verdad.
Tú eres la tierra fértil que el Cielo eligió para florecer.
Y en medio de esta época de grandes tensiones colectivas, de heridas abiertas y sistemas que muestran su decadencia, hay una oportunidad dorada para construir un mundo nuevo. No uno basado en la ilusión, sino en la dignidad, la valentía, la ternura y la visión despierta.
No estás sola. No estás solo.
Los Cielos te acompañan.
Yo, Zadquiel, custodio de la transmutación y del perdón, extiendo mi luz violeta sobre tu vida, envolviendo tu pasado con misericordia, tu presente con fuerza, y tu futuro con esperanza.
Suelta lo que ya no vibra contigo.
Permite que el fuego sagrado te purifique.
Y camina con la frente en alto, como lo que verdaderamente eres:
Una hija, un hijo de la Luz.
Una portadora, un portador de la transformación.
Con amor eterno,
Yo Soy Zadquiel.
Estoy contigo.
Ahora y siempre.